
El 24 de noviembre de 1800, Humboldt y Bonpland abandonan definitivamente Venezuela con destino a Cuba. Después de estudiar esa isla durante dos meses, aproximadamente, siguen rumbo al puerto de Cartagena de Indias (Colombia). El recorrido por Colombia se prolongó durante un año, con valiosos resultados. En ese país conocieron a los sabios Mutis y Caldas.
El viaje por Suramérica llegó hasta Ecuador y Perú. En el Ecuador exploraron varios volcanes, entre ellos el famoso Chimborazo, que en esa época se creía que era el más alto del planeta. Los estudios de Humboldt en Perú sobre el desarrollo de las culturas indígenas y la influencia hispana son de gran valor para la Antropología Cultural.
La Oceanografía Física también se ha visto enriquecida con las observaciones y mediciones que hizo Humboldt sobre las aguas del Océano Pacífico, descubriendo la corriente marina que, posteriormente, fue bautizada con su nombre (Corriente de Humboldt).
El 15 de febrero de 1803, se dirigen por mar hacia Acapulco, México, país que visitaron hasta el 7 de marzo de 1804. En México, Humboldt desplegó una gran actividad y sus principales estudios allí se refieren a la Geopolítica, Antropología General, Cartografía, etc.
Al abandonar México, vuelven brevemente a Cuba y, en abril de 1804, viajan hacia los Estados Unidos donde pasan 3 semanas. Allí se encuentran con el Presidente Tomás Jefferson. Luego siguieron su viaje hacia Europa, llegando a Burdeos (Francia) el 3 de agosto de 1804.
Humboldt se residenció en París durante poco más de veinte años y allí conoció en 1804 al joven Simón Bolívar, con quien lo unió una gran amistad, que mantuvo hasta la muerte del Libertador. En 1805 comienza a escribir su obra dedicada a México. A partir de 1807 y hasta 1834 va apareciendo, en treinta volúmenes, su grandiosa obra relativa al viaje por América. Finalmente su fortuna desapareción a consecuencias de sus viajes y el financiamiento de sus publicaciones.
En 1827 regresa a Berlín donde el Rey de Prusia lo nombra su consejero. Dicta importantes conferencias, que agrupaban a un público de los más diversos estratos intelectuales, sociales y económicos. Estas conferencias llegaron a ser tan populares que, cada vez, había que buscar salones mayores debido a la cantidad de asistentes.
El viaje por Suramérica llegó hasta Ecuador y Perú. En el Ecuador exploraron varios volcanes, entre ellos el famoso Chimborazo, que en esa época se creía que era el más alto del planeta. Los estudios de Humboldt en Perú sobre el desarrollo de las culturas indígenas y la influencia hispana son de gran valor para la Antropología Cultural.
La Oceanografía Física también se ha visto enriquecida con las observaciones y mediciones que hizo Humboldt sobre las aguas del Océano Pacífico, descubriendo la corriente marina que, posteriormente, fue bautizada con su nombre (Corriente de Humboldt).
El 15 de febrero de 1803, se dirigen por mar hacia Acapulco, México, país que visitaron hasta el 7 de marzo de 1804. En México, Humboldt desplegó una gran actividad y sus principales estudios allí se refieren a la Geopolítica, Antropología General, Cartografía, etc.
Al abandonar México, vuelven brevemente a Cuba y, en abril de 1804, viajan hacia los Estados Unidos donde pasan 3 semanas. Allí se encuentran con el Presidente Tomás Jefferson. Luego siguieron su viaje hacia Europa, llegando a Burdeos (Francia) el 3 de agosto de 1804.
Humboldt se residenció en París durante poco más de veinte años y allí conoció en 1804 al joven Simón Bolívar, con quien lo unió una gran amistad, que mantuvo hasta la muerte del Libertador. En 1805 comienza a escribir su obra dedicada a México. A partir de 1807 y hasta 1834 va apareciendo, en treinta volúmenes, su grandiosa obra relativa al viaje por América. Finalmente su fortuna desapareción a consecuencias de sus viajes y el financiamiento de sus publicaciones.
En 1827 regresa a Berlín donde el Rey de Prusia lo nombra su consejero. Dicta importantes conferencias, que agrupaban a un público de los más diversos estratos intelectuales, sociales y económicos. Estas conferencias llegaron a ser tan populares que, cada vez, había que buscar salones mayores debido a la cantidad de asistentes.
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